La importancia asignada al diálogo intercultural en las escuelas sostenibles, constituye un cambio enorme en la comprensión de las metas y propósitos de la misma. Si la educación ecológica tal como la comprende el Papa Francisco es ahora vista como otro motor principal de la educación sostenible, ¿existen consecuencias para el currículum? Está claro que la reflexión sobre la ‘educación ecológica’ con seguridad puede potenciar los currículums actualmente en uso. Tiene el potencial, por ejemplo, de ofrecer una visión fresca sobre cómo la educación sostenible puede convertirse en una empresa que mira hacia afuera, siendo tanto rica en conocimiento como centrada en la sabiduría, con implicaciones de cambio implícitas.
Hay dos manifestaciones en relación al futuro de la enseñanza, que podría valer la pena destacar. La primera es la simplicidad en la enseñanza.
Una escuela con desarrollo sostenible debe buscar evitar las complicaciones innecesarias en los aprendizajes y estar en la búsqueda continua de novedades. En otras palabras, se ve a sí misma como una institución que se nutre de preciadas tradiciones educativas que provienen de una amplia gama de contextos históricos y culturales, con el agregado de las virtudes de la sostenibilidad.
La segunda se refiere al uso de la tecnología en la educación. El impulso contemporáneo en dirección al ‘aprendizaje en línea’, el cual en general debe ser bien recibido, lleva en sí el riesgo de marginar a la persona humana del proceso educativo. No puede dudarse seriamente de que, cuando se emplean con éxito, las iniciativas en línea son capaces de reunir a personas de diferentes contextos de formas que el aprendizaje tradicional en persona tiene dificultades para lograr.
Estas comunidades de aprendizaje ‘virtuales’ parecen reflejar los principios de la communio en su capacidad de reunir en iniciativas conjuntas a quienes de otro modo nunca tendrían la oportunidad de juntarse. Al mismo tiempo, el papel del profesor no puede convertirse en el de un transeúnte inocente que simplemente observa y no se involucra en la educación de los estudiantes. En esta nueva educación, el profesor está presente para actuar como modelo, para guiar, advertir y, cuando sea necesario, instruir (Davis & Franchi, 2013; Rymarz, 2013).